Comentario
Los yacimientos del Mediterráneo español presentan en cierto modo una situación semejante a la que encontramos en Italia. En esta región el Paleolítico Superior Final está representado por el Epigravetiense que presenta varias fases, marcadas sobre todo por las variaciones tipológicas dentro de conjuntos basados en una industria lítica de hojitas de dorso. Estos conjuntos, en los que la ausencia del Solutrense permite ver cómo se transforman a partir del Gravetiense, se encuentran también hacia los Balcanes. Esta relación con los Balcanes de la península italiana responde a condiciones geográficas. Durante los momentos en los que el nivel del mar se encontraba debajo del nivel actual existía en el Adriático un amplio valle que lo reducía a menos de la mitad de la longitud actual, favoreciendo la comunicación entre Italia y Dalmacia. Estos momentos coinciden con los máximos de los glaciares alpinos que llegaban a veces hasta el Mediterráneo, dificultando la comunicación entre Francia e Italia. De esta forma encontramos Epigravetiense en Sandalja II en la península de Trieste o en Badanj y Crvena Stijena en Bosnia. Más hacia el oriente se presenta en Hungría donde se encuentran cabañas simples con refuerzos de astas de reno como en Dömös (Hungría). Las regiones de Centroeuropa presentan elementos epigravetienses, aunque a veces se noten influencias del Magdaleniense. En la cueva de Pekarna se descubrieron varias plaquetas grabadas con modelos semejantes a los occidentales. En ella destacan dos costillas grabadas, una con una hilera de bisontes y otra con caballos, por lo que no podemos olvidar las teorías de A. Leroi-Gourhan para el arte rupestre.